La alpargata es un calzado muy popular en España, sur de Francia y varias zonas de América Latina. Se fabrica con fibras naturales, para el hilado se utiliza pelo, algodón, piel de animal o lona, y para la suela yute, esparto, fique o cáñamo.
Es probable que el origen de la alpargata provenga de la sandalia egipcia, aunque también hay otros lugares donde se han encontrado sandalias, por ejemplo en granada, donde se encontraron estas sandalias de esparto en la Cueva de los Murcielagos, Albuñol, datadas entre los años 3.500 y 2.700 a.C. Ahora expuestas en el museo arqueológico de Granada. Otro ejemplo es América, donde ya conocian la alpargata antes de el contacto con los europeos.
Las primeras documentaciones sobre las alpargatas datan del siglo XIV, siendo el primero de ellos un documento redactado en catalán del año 1322 donde describe las "Espardenyes" o alpargatas. Unos siglos después, los misioneros Jesuitas, que buscaban un calzado cómodo para las largas jornadas, reintrodujeron las alpargatas en América, donde poco a poco fueron siendo usadas por los trabajadores rurales.
A causa de la antigüedad y popularidad de la alpargata, esta a pasado a formar parte de los trajes típicos de algunas regiones de España (Aragón, Cataluña, Valencia, las Islas Baleares, Euskadi y Navarra), en el sur de Francia y parte de los países de América del Sur.
Ya en el siglo XX, con el auge de las modas, las alpargatas se reinventaron para ofrecer un zapato comodo, fresco y actual. Uno de los causantes fue el diseñador Yves Saint Laurent, que creo el primer modelo con tacón, la alpargata de cuña, a partir de ese de momento la alpargata se extendio mundialmente, saliendo cada verano nuevas y originales colecciones de alpargatas.